Los agujeros negros supermasivos (SMBH), con masas de miles de millones de veces la del Sol, aparecieron sorprendentemente pronto en el universo temprano, algo que desafía los modelos actuales de formación galáctica. Observaciones recientes del Telescopio Espacial James Webb (JWST) han detectado SMBH formados menos de 700 millones de años después del big bang, un intervalo demasiado corto para que estos objetos puedan haberse originado solo mediante la acumulación gradual de gas.
Un nuevo estudio plantea una explicación innovadora: estos SMBH podrían haberse formado a partir de agujeros negros primordiales (PBH), que se habrían generado en las primeras etapas del universo debido al colapso directo de regiones densas de materia, sin necesidad de estrellas predecesoras. Estos PBH habrían actuado como “semillas” gravitacionales en el centro de los halos de materia oscura, atrayendo rápidamente grandes cantidades de gas y otros materiales, y evolucionando así hacia los SMBH observados por el JWST.
Para validar esta teoría, los científicos sugieren que los PBH habrían emitido ondas gravitacionales al fusionarse en el universo primitivo, una señal que podría detectarse con el futuro Telescopio Einstein. Este observatorio subterráneo de ondas gravitacionales podría ofrecer evidencia definitiva sobre el papel de los PBH en la formación de SMBH, arrojando luz sobre la evolución del cosmos en sus primeros instantes.
Invitado: Dr. Z (Jorge Zuluaga), Ph.D. en Astrofísica