CAPERUCITA ROJA

Caperucita Roja es una niña con las mismas responsabilidades, y sueños de todos los niños de su edad. Asiste a las clases dirigidas por el maestro Don Bonifacio, un anciano buena gente, pero sordo y refunfuñón, quien hace de la escuelita un lugar, ameno, alegre y seguro, para el estudioso Melón Pintón, la inocente Mandarina Rosita, la nerviosa Perita Dulce, la malgeniada Guayabita Agria y el travieso Banano Pecoso. Hubo fiesta este día, porque el señor cazador anunció a los cuatro vientos que habían desterrado al feroz lobo. Por ello, la Madre de Caperucita se atrevió a enviar sola a la niña a llevarle a la abuelita una canastica con medicinas, tortas y bombones.

Muy engañados estaban en aquel pueblo: El Lobo Feroz regresó al bosque y, con la complicidad de la horrible bruja Caretranca, merodean por allí, esperando que aparezca un niño o a niña a quien devorar. Y la primera en pasar es precisamente nuestra protagonista. Es así como, se urde el entramado de acción de nuestra pieza teatral, una versión del cuento clásico, en la cual, con la participación activa y permanente del público, enfatizamos la importancia de entornos protectores y del autocuidado, para enfrentar el riesgo del abuso contra la población infantil.

Con la puesta en escena de Caperucita Roja en formato clásico, lleno de colorido, música y acción, el Teatro Popular de Medellín (TPM) busca acercar a niños y niñas a un espectáculo atractivo, alegre, vibrante de emotividad, donde la aventura de Caperucita y sus compañeritos, es compartida con sus amigos del público, quienes la apoyan para entender lo que está pasando y la ayudan a enfrentar a ese gran enemigo que la acecha. Así, el TPM espera sembrar en los espectadores la curiosidad por acercarse más al teatro y fortalecer ese elemento fundamental de las artes escénicas que es el Público, sembrando en ellos la semillita de amor por el Teatro.